El sensor, que mide 8 micrómetros de espesor, puede detectar la presión en 144 ubicaciones a la vez, y algún día podría permitir a los trabajadores de salud detectar físicamente los tumores de cáncer de mama utilizando guantes sensibles a la presión.
Para desarrollar su sensor flexible, el equipo añadió nanotubos de carbono y grafeno a un polímero elástico, y crep nanofibras con un diámetro de 300-700 nanómetros. Estas nanofibras se enredan entre sí para formar un material compuesto que es a la vez transparente y extremadamente delgado.
Los científicos dicen que su sensor de presión podría ser utilizado en una amplia gama de aplicaciones que incluyen la robótica suaves y sistemas médicos, y han comenzado experimentos preliminares para demostrar las competencias de las nanofibras.
“También hemos probado el rendimiento de nuestro sensor de presión con un vaso sanguíneo artificial y este podría detectar pequeños cambios de presión y velocidad de propagación de presión”, dijo Sungwon Lee el investigador principal de la Universidad de Tokyo.
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