martes, 5 de abril de 2016

Este es el oscuro secreto detrás de los talleres de actuación en Hollywood

Pagar por una entrevista de trabajo. A grandes rasgos, este es el negocio que se encuentra detrás de los workshops para actores de Hollywood.
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Los llaman talleres de actuación. Pero realmente son el sucio secreto del juego de la fama en Hollywood

Por solo 50 dólares, los actores aspirantes pueden interpretar una breve parte de un guion delante de reconocidos profesionales de la actuación y recibir una crítica constructiva por ello. O quizás un contrato millonario. Suena bien, ¿no? Ese es el negocio de los workshops en la meca del cine.

Estos talleres han sido parte del sistema del star system hollywoodiense desde hace décadas, pero de un tiempo a esta parte se han hecho especialmente numerosos. Según recoge un reportaje del Hollywood Reporter, cada mes dos docenas de productoras de cine ofrecen más de 450 sesiones de talleres de interpretación.

Los talleres de actuación de Hollywood son una tendencia que encierra un negocio muy lucrativo
Entonces, ¿Cuál es el problema?

Pagar para conseguir un empleo sigue siendo ilegal en el estado de California. Según la ley Krekorian para la prevención del fraude en las artes, aprobada en 2009, se prohíbe expresamente a los directores de casting y a los talleres cobrar a un actor solamente por la perspectiva de encontrar empleo.



Desde que en 2010 entró la ley en vigor no ha habido ningún procesamiento por esta situación. Pese a que muchos de los operadores siguen las reglas y los talleres tienen un enfoque educacional, más de 65 entrevistas con profesionales de la industria involucrados en talleres sugieren que en muchos no se cumple la ley.

Tanto el sindicato de artistas SAG-AFTRA como la Casting Society of America son conscientes del problema que subyace tras estos talleres. Sin embargo, se muestran impotentes a la hora de efectuar algún cambio en el sistema. Ambos colectivos explican que han presionado varias veces a la fiscalía de Los Ángeles para que dé prioridad a la cuestión. Pero no han sido capaces de hacer nada.
 
Eso ha provocado un auténtico negocio de trabajo temporal en el que los aspirantes pagan por ser “observados” por profesores de los talleres que, a menudo, forman parte de las grandes compañías de cine. Los nuevos actores gastan unos 1.500 dólares al año en dos o tres talleres de un mes con la esperanza de conseguir un papel coprotagonista que se pague a 1.000 euros por día de trabajo.

La investigación del Hollywood Reporter ha provocado una reacción polarizada dentro de la industria del cine. Por una parte, se encuentran aquellos que celebran que se haya puesto el foco sobre estas prácticas. Por la otra, muchos se lamentan por este ataque injustificado contra una de las formas legítimas que tienen los actores de conseguir empleo.

 

El actor y escritor Mike Funk denuncia que todo el mundo en Hollywood sabe que los talleres son realmente audiciones. “ Es bastante desagradable la manera en la que algunos directores de casting hacen dinero a costa de los artistas que luchan por sus sueños. No se aprende nada en estos talleres. Los aspirantes tienen la oportunidad de representar una escena o un monólogo. Tienen un monitor con un cronómetro y tiempo limitado. Los responsables no enseñan nada, son simplemente audiciones pagadas”, explica Funk.

"Esta es una forma de adelgazamiento de la manada", comenta Marlene Forte, una actriz veterana que ha aparecido en Dallas y Star Trek. "Los actores tienen que actuar y los talleres son una gran oportunidad para hacerlo. ¿Por qué no hacerlo delante de alguien que puede contratarlo? Si yo fuera un actor sin trabajo también lo haría. Los directores de casting son personas que necesitan conocer cómo trabajan los actores. Además, los talleres son fiscalmente deducibles".


El director de una agencia de talentos, Gigi Garner, explica que algunos talleres eran callejones sin salidas pero que otros le abrieron muchas puertas. “ Los talleres dan a los actores la oportunidad de conocer a los directores de casting que de otra manera no serían accesibles. Yo he recomendado a mis clientes elegir aquellos talleres en los que los directores de casting se van a quedar con ellos”, resume Garner.

Más allá de las implicaciones legales, morales y éticas de este tipo de talleres, resulta curioso imaginar que hay gente que paga por algo tan simple como una entrevista de trabajo.  

¿Cuál es el precio de la fama?

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