lunes, 18 de abril de 2016

Lo que descubrió un periódico analizando 70 millones de comentarios

The Guardian ha analizado todos los comentarios de sus lectores desde 1999 para buscar soluciones a los comportamientos abusivos en Internet


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Las secciones de comentarios de los medios de comunicación es donde se produce la mayor concentración de bilis de Internet.

No es extraño, pues, que cada vez más medios decidan liquidar la suya. En muchos casos, invertir los recursos necesarios para asegurarse de que en ellas no se produzcan abusos no sale a cuenta.
The Guardian, en cambio, no tiene ninguna intención de hacerlo. Para el periódico británico, “la mayoría del tiempo los comentarios de los lectores enriquecen el periodismo”. Claro que el periódico cuenta con un escuadrón de moderadores dedicados a leer todos y cada uno de los comentarios que se postean en su web.

En vez de cerrar la sección, The Guardian ha querido analizar su contenido para intentar sacar conclusiones que ayuden a combatir el cada vez más ubicuo acoso en la red. Para ello, encargó un mastodóntico estudio que examinó 70 millones de comentarios posteados a lo largo de 15 años, desde enero de 1999 a marzo de 2016.

Aquí algunas de las cosas que han descubierto.

– Hasta la fecha, los moderadores han bloqueado 1.4 millones de comentarios. Esto representa el 2% del total de los comentarios que se han posteado. Los comentarios se bloquean cuando se consideran abusivos (ya sea porque utilizan lenguaje insultante o porque se trata de ataques “ad hominem”) o cuando están tan poco conectados con la cuestión tratada en el artículo que lo único que consigue es desviar la conversación.

Los artículos escritos por mujeres recibieron más comentarios bloqueados (es decir, considerados abusivos) en prácticamente todas las secciones. Pero cuanto más orientada a los hombres era la sección (por ejemplo, deportes o tecnología) más comentarios abusivos recibieron las mujeres. Por otro lado, la sección de moda, en la que la mayoría de artículos están escritos por mujeres, fue una de las pocas en las que los autores masculinos recibían más comentarios bloqueados que las mujeres.

Las secciones de Internacional, Opinión, Medio Ambiente y Moda fueron las que más comentarios bloqueados generaron.

 – Algunos temas atrajeron más comentarios abusivos que otros. Es el caso de las discusiones originadas por artículos sobre el conflicto Israel entre y Palestina, el feminismo o las violaciones.

- Aunque el estudio se centró en las diferencias entre géneros para probar la teoría de que las mujeres experimentan más abusos en la red que los hombres, también se observó que las minorías religiosas y étnicas, así como las personas LGTB, experimentaron un número desproporcionado de comentarios abusivos.

De los resultados del estudio se extrae que, cada día, los moderadores del periódico tienen que borrar centenares de mensajes insultantes, en su mayoría sexistas, racistas, y homófobos.

Pero más allá de constatar los grupos más débiles de la red, el estudio también ha servido para sacar a relucir la guerra cultural subyacente en todo Internet.

El mismo día que se publicó el estudio, The Guardian publicó otro artículo en el que explicaba cómo había llevado a cabo el análisis de los 70 millones de comentarios.

En esa noticia, el comentario más votado era crítico con el estudio. El lector acusaba a los moderadores de borrar mensajes no porque fueran abusivos sino porque, simplemente, criticaban el enfoque o las ideas de la pieza.

El usuario que realizó este comentario hacía referencia a un quiz que se había publicado en el artículo original sobre el estudio. En él, el lector podía decidir si permitía o no un determinado comentario, comparando su respuesta con la decisión real que había tomado el moderador.

Cuando uno se fija en dicho quiz, los comentarios que el lector consideraba simples “críticas” son, en realidad, ataques personales al autor o afirmaciones ofensivas acerca del tema tratado en el artículo en cuestión. Para el caso, artículos sobre feminismo, moda, la muerte de Eric Garner, teorías de la conspiración antisemitas, las votantes femeninas de Hillary Clinton y la presencia de las personas LGTB en los Oscar, entre otros.
 
Ello pone de manifiesto que, en ciertos sectores, se hacen pasar los ataques a, pongamos, mujeres y personas de color, como “críticas” legitimas. Esto no solo ocurre en las secciones de comentarios, sino en todo los rincones de Internet.

Tal y como escribe Aja Romano en Vox, “lo que una vez fue una ciénaga de mezquindad en Internet ha evolucionado rápidamente a partir de que feministas, activistas y minorías empezaron a hablar y defender con regularidad cuestiones progresistas que se pueden enmarcar en paraguas de la 'justicia social'”.

El contragolpe subsiguiente de los movimientos conservadores y de defensa de los derechos de los hombres es lo que ha acabado generando el constante conflicto en el que vive inmerso Internet alrededor de cualquier cuestión mínimamente sensible.

Puede que la política de “eliminar lo malo” de The Guardian no sirva para solucionar el problema de los comportamientos abusivos o los comentarios de odio en Internet. Pero, al menos, sirve para señalar que dicho comportamiento no es ni normal ni inevitable.

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