Sam Haddock trabajaba como entrenador en un circo llamado Ringling Bros. and Barnum & Baily, y un día decidió retratar el proceso con el cual amaestraban a los elefantes. El resultado es bastante descorazonador.
Ahí vemos a un pequeño elefante atado con una cuerda y desprovisto de su madre, mientras un grupo de entrenadores retuercen al animal hasta conseguir las posiciones que ellos desean.
Hay algunas de las fotos en las que incluso vemos cómo los entrenadores usan picanas, un instrumento de tortura con que se aplican descargas eléctricas.
Cuenta la web The Dodo que el proceso de entrenamiento resulta tremendamente doloroso y a veces incluso acaba en muerte. Es el caso de un pequeño elefante de 8 meses que tuvo que recibir la eutanasia en 2004 tras caerse de una plataforma durante un entrenamiento y romperse dos piernas.
Probablemente estarás pensando qué puedes hacer tú entonces para evitar estas torturas. Por supuesto, evitar industrias que impliquen trucos y atracciones como estos, ni nada que requiera el trabajo de animales salvajes. Pero aún hay más cosas.
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