“La sensación táctil es bastante cercana de lo que se puede sentir con el dedo normal”, dice Dennis Aavo Sorenson un usuario amputado de la tecnología en un video de EPFL.
Para el video, Sorenson tiene la tarea de detectar si puede sentir los surcos en una pequeña pieza rectangular con el dedo artificial. “Se puede sentir la aspereza de las placas, y los diferentes huecos”, señala.
Los investigadores describen que quirúrgicamente conectan la punta del dedo artificial, repleto de sensores, a electrodos implantados en el sistema nervioso periférico en la izquierda muñón del brazo de Sorensen. Ellos creen que su invento podría acelerar el desarrollo de prótesis dotadas de características avanzadas con retroalimentación sensorial en el futuro. El objetivo principal es que los usuarios sean capaces de recuperar una comprensión del peso, textura de superficies, y las temperaturas de los objetos que los rodean.
A pesar de que esto es solo un comienzo
hay grandes esperanzas de que los sistemas sensibles al tacto tendrán
aplicaciones no sólo para prótesis, sino también para la robótica
utilizados en la cirugía, el rescate y la fabricación. Por ejemplo,
robots humanoides de rescate con sensores táctiles en sus pies podrían
ser capaces de detectar en qué tipo de terreno se encuentran, y ajustar
su equilibrio en consecuencia.
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