lunes, 18 de abril de 2016

Más de 270 muertos en el peor terremoto que ha sufrido Ecuador en las últimas tres décadas

El seísmo, de una magnitud de 7,8 grados en la Escala Ritcher, golpeó el país andino el pasado sábado

Terremoto Ecuador

Al menos 272 muertos, 2.000 heridos, miles de personas atrapadas entre los escombros y una magnitud 7,8 en la escala Richter. Estas son las terribles cifras del terremoto que asoló el pasado sábado Ecuador.
La tierra empezó a temblar en el noroeste del país, concretamente en la provincia costera de Esmeraldas, a las 18.58 hora local. El epicentro del terremoto se localizó en el océano Pacífico, a una profundidad de 20 kilómetros y a 28 kílómetros de distancia de la costa ecuatoriana.
De momento se han producido 200 réplicas, algunas de las cuales llegaron a alcanzar los 6,1 grados en la escala Ritcher, y se espera que en los próximos tres días se sigan sintiendo las consecuencias del temblor en el país andino.

Ecuador se encuentra ahora mismo en estado de excepción, víctima del mayor seísmo en las últimas tres décadas. Las consecuencias de la tragedia son aún impredecibles ya que los equipos de rescate no han sido capaces de llegar a algunas de las zonas más afectadas por el corrimiento.
"Temo que la cifra (de fallecidos) aumentará y de forma considerable", aseguró el domingo el presidente de Ecuador, Rafael Correa.
Tras el terremoto, el gobierno ecuatoriano intentó afrontar como pudo el caos en el que se ha visto sumido el país. Las redes de comunicación permanecieron saturadas hasta ayer domingo, lo que contribuyó a la confusión que vivía el país. Correa, que se encontraba de visita oficial en El Vaticano en el momento de producirse la tragedia, anunció que se había movilizado a 10.000 militares y 4.600 policías.
El epicentro del temblor se situó entre las localidades de Cojimíes y Pedernales, en la zona norte de la provincia de Manabí, donde están las comunidades más afectadas. Las localidades de Manta y Portoviejo también sufrieron severos daños.  
Uvaldino Verdesoto, uno de los miembros de la ONG Plan International que se encontraba en Manabi en el momento de la tragedia, relata cómo vivió los primeros momentos de pánico.
"Estaba en el centro de Manati cuando comenzó el terremoto. Vi como se movían las casa y muchas de ellas se derruían ante mis ojos. La situación era desesperada pero tenía que calmar a la gente a mi alrededor. Era complicado escapar a espacio abierto debido a que había escombros por todas partes", explica.
Verdesoto nos cuenta que la mayoría de la población tuvo que dormir en el aeropuerto ya que muchos perdieron sus casas.
La situación es tan crítica que los organismos de socorro aún no han conseguido llegar a Pedernales, la tercera ciudad más afectada por la catástrofe. En Quito también se han sentido las consecuencias del terremoto, pese a encontrarse bastante alejada del epicentro de la tragedia. Elena Ruiz, miembro de Plan International en la capital de Ecuador, explica que bajó los ocho pisos de su edificio temblando y con el cuerpo totalmente agitado. " Las calles normalmente calmadas de mi barrio estaban repletas de residentes confusos y en estado de shock".
Otras ciudades ecuatorianas como Guayas o Santa Elena no han sufrido el terremoto de manera tan fuerte pero sus habitantes han vivido momentos de pánico por el miedo a que se produjera un tsunami.
"Aquí en Santa Elena el terremoto no ha sido tan terrible como en Manabí o Esmeraldas, pero se ha sentido también con intensidad. La peor parte llegó cuando, pese a las informaciones oficiales, la gente entró en pánico porque tenían miedo de un tsumani. Esto hizo que el caos fuera total y que la gente abandonara sus casas.  Hay mucho miedo y alarma en general y las carreteras se encuentran colapsadas", explica Holger Alonzo, miembro de Plan Internacional en Santa Elena.
Se espera que el número de muertos se multiplique en las últimas horas, ya que los equipos de rescate todavía no han podido acceder a algunas zonas del país

El Gobierno dedicará 300 millones de dólares a afrontar esta emergencia y el país cuenta con una línea de crédito de 600 millones de dólares a través de organismos como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco de Desarollo de América Latina, tal como anunció el presidente.
La comunidad internacional ha mostrado su apoyo y solidaridad con Ecuador y países vecinos como Venezuela y Colombia, han sido los primeros en enviar ayuda.
Mientras, las carreteras permanecen cortadas, las casas derruidas y miles de ecuatorianos se encuentran desaparecidos en la que ya es la peor tragedia natural que ha afectado al país andino en los últimos años.

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